El Papa Concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: Una Oportunidad para el Diálogo y la Reconciliación

CE Villa Maria

1/8/20243 min read

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El Papa Concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos: Una Oportunidad para el Diálogo y la Reconciliación

El 25 de enero, durante la Solemnidad de la Conversión de San Pablo, el papa Francisco cerrará la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos con la celebración de las segundas vísperas en la basílica de San Pablo Extramuros. Esta tradición, que se ha mantenido año tras año, no solo marca el final de una semana de oración, sino que también subraya la importancia de la unidad entre los cristianos, promovida por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias.

La reflexión para esta Semana fue elaborada por un grupo de trabajo del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (Conic) y revisada por la Comisión internacional del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Este año, con el lema “Dame de beber”, se nos invita a recordar el encuentro entre Jesús y la samaritana, destacando que en la diversidad encontramos enriquecimiento mutuo.

Este encuentro, tomado del pasaje bíblico, nos enseña que Jesús y la samaritana, a pesar de sus diferencias, pudieron enriquecerse mutuamente. Jesús no dejó de ser judío por beber del agua de la samaritana, y ella no dejó de ser samaritana al seguir el camino de Jesús. Este ejemplo nos recuerda que las diferencias no son obstáculos, sino oportunidades para el diálogo y la comprensión.

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos es una oportunidad invaluable para la oración, el encuentro y el diálogo. Es un momento para reconocer y valorar las riquezas presentes en los demás, y para pedir a Dios el don de la unidad. Esta semana nos invita a reflexionar sobre la importancia del diálogo y la meditación en el proyecto de Jesús, conocido como el Reino de Dios.

Además, se subraya la importancia de comprender nuestra propia identidad para no percibir la identidad del otro como una amenaza. Rechazar los dones del otro causa daño tanto a la sociedad como a la Iglesia. Cuando reconocemos nuestras necesidades recíprocas, logramos una complementariedad más enriquecedora.

El lema “dame de beber” nos recuerda que las personas, comunidades, culturas, religiones y grupos étnicos se necesitan mutuamente. La reflexión de esta semana empieza con la proclamación del Dios que nos creó a su imagen, una imagen que celebra la unidad en la diversidad. Luego, se denuncian las situaciones de pecado que causan discriminaciones injustas y se renuncian a esas actitudes excluyentes como un primer paso hacia la unidad del Reino de Dios. Finalmente, se testimonia la bondad de Dios, siempre dispuesto a acogernos y guiarnos hacia la reconciliación y la unidad.

Durante las segundas vísperas, participarán representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales presentes en Roma, así como el clero y los fieles de la diócesis del Papa, renovando juntos la oración por la unidad. La celebración de esta Semana, instituida en 1908 por Paul Watson para cubrir el periodo entre la fiesta de San Pedro y la de San Pablo, tiene un profundo significado. En el hemisferio sur, donde enero es mes de vacaciones, las Iglesias a menudo adoptan otras fechas, como en Argentina, donde se celebra después de Pentecostés.

Este evento anual es un recordatorio crucial de que, a pesar de nuestras diferencias, podemos y debemos trabajar juntos hacia la unidad y la reconciliación, siguiendo el ejemplo de Jesús y la samaritana.